Édouard Manet (1832-1883) fue un pintor francés, reconocido por la influencia que ejerció sobre los pintores impresionistas. La notoriedad de Manet, al menos en las etapas tempranas de su carrera, se debió más a los temas de sus cuadros, considerados escandalosos, que a la novedad de su estilo. No obstante, Manet reivindica en el Almuerzo sobre la hierba el legado de los maestros antiguos y se inspira en dos obras del Louvre. Manet estudio con detenimiento la pintura española, especialmente Goya y Velázquez, en sus cuadros se aprecia la influencia de Velázquez, el uso de negros rotundos, la composición, la pincelada más suelta. El grupo impresionista lo considero un innovador, alguien que abría el camino a temas contemporáneos y pintaba con más sinceridad y resolución.
Almuerzo sobre la hierba,1863.
Óleo sobre lienzo
Alt. 208; Anch. 264,5 cm.
Para la disposición del grupo central se inspira en un grabado según Rafael: El juicio de Paris.
Rechazada por el jurado del Salón de 1863, esta obra es expuesta por Manet con el título Le Bain (El Baño) en el "Salón de los Rechazados" autorizado ese año por Napoléon III. Se convirtió en la principal atracción, objeto de burlas y fuente de escándalo.
Pero en el Almuerzo sobre la hierba, la presencia de una mujer desnuda en medio de hombres vestidos no está justificada por ningún pretexto mitológico o alegórico. La modernidad de los personajes hace obscena, a los ojos de sus contemporáneos, esta escena casi irreal.
Pero en el Almuerzo sobre la hierba, la presencia de una mujer desnuda en medio de hombres vestidos no está justificada por ningún pretexto mitológico o alegórico. La modernidad de los personajes hace obscena, a los ojos de sus contemporáneos, esta escena casi irreal.
Habrá que imaginarse el escándalo de las “gentes bien” al contemplar este cuadro, pues las connotaciones son evidentemente sexuales y lascivas, totalmente contrarias a la moralidad conservadora (aunque hipócrita) de la época. Resulta que una mirada más sutil revela ciertas claves aún más directas del contenido sexual de esta pintura; por ejemplo, podemos observar que la mujer de la mirada desafiante tiene su pierna derecha en medio de las dos piernas del personaje masculino que está a su frente y su pie señala indirectamente a los genitales de éste. El otro personaje masculino ha apoyado su mano derecha detrás de la mujer, en una zona cercana a su trasero y, por la posición inestable en la que está su cuerpo, parece como si acabara de abrazar a la mujer, o bien se dispone a hacerlo.
Olympia, Édouard Manet, 1863. Óleo sobre lienzo: 130,5 cm de altura por 190cm de ancho.
Manet comenzó a trabajar en él en 1863 para presentarlo en el Salon des Refusés (Salón de los Rechazados) de ese mismo año. Sin embargo, la obra no se expuso hasta 1865, en el Salón de París, en donde causó un gran escándalo, ya que aunque el público y la crítica aceptaban los desnudos en obras mitológicas, no era así cuando se trataba de un desnudo realista.
Édouard Manet multiplica las referencias formales e iconográficas: La Venus de Urbino del Tiziano, La maja desnuda de Goya y el tema de la odalisca con la esclava negra tratado sobre todo por Ingres, Manet traduce ante todo pictóricamente la frialdad y el prosaísmo de un tema muy contemporáneo.
La Venus se convierte en una prostituta que mira con desafío al espectador. Fue considerable la violencia de las reacciones suscitadas por este cuestionamiento del desnudo idealizado, fundamento de la tradición académica. Los críticos vilipendiaron "esta odalisca de vientre amarillo" cuya modernidad, sin embargo, fue defendida por algunos contemporáneos con Zola a la cabeza.