dimarts, 12 de març del 2019

PAUL KLEE


 Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) fue el nombre de un grupo de artistas expresionistas, fundado por Vasili Kandinski y Franz Marc en Berlín en 1911 hasta 1913, que transformó el expresionismo alemán.​
 

Franz Marc defendían la opinión de que cada persona posee una verdadera vivencia o experiencia interna y externa, que se dan la mano gracias al arte. El nombre del grupo deriva de un cuadro del mismo nombre del año 1903 de Kandinsky, que sirvió como ilustración de la portada de 1912 del Almanach (Almanaque).  Dicho grupo estava a favor de la idea del arte total que implicaba no rechazar ningún tipo de manifestación, por muy extraña que ésta pudiera parecer. Así, el arte popular, el arte infantil o bien las obras procedentes de Extremo Oriente, de Oceanía o de África sirvieron para ilustrar las páginas del extraordinario Almanaque […] El anuario tuvo gran éxito, pero sus posibilidades de continuación se vieron limitadas por la guerra. Por ese motivo sólo se publicó un número del mismo. Poco después de fundarse el grupo se relacionaron con el mismo los pintores Paul Klee (suizo)
También formaron parte del grupo, entre otros, Paul Klee. A todos ellos les unía su interés común por el Arte medieval y primitivo, así como los movimientos coetáneos del fauvismo y el cubismo. 
 
 El pez dorado, 1925.

Paul Klee Perteneció al Jinete Azul, pero seguiría su propio camino alejándose de dicho movimiento. Quiere despojar las cosas de todo formalismo. Su mundo surge de su propia realidad interior. Parte de su obra es abstracta, aunque conserva en general cierta referencia al objeto. Mantiene el vínculo con la realidad acercándose a ella por vía simbólica. Suizo de nacimiento viviría casi toda su vida en Alemania, aunque viajó sin descanso por todo el mundo, donde descubrió colores y formas. Como a Kandinsky, la influencia de la composición musical es evidente en su pintura (fue también un excelente violinista). Sus cuadros aluden casi siempre a la poesía, la música y los sueños, incluyendo a veces palabras o notas musicales.

A Paul Klee le habían marcado muchísimo los mosaicos de Rávena, que vio en su viaje de 1926. Los mosaicos bizantinos de la Iglesia de San Vitál en Rávena:Patrimonio de la Humanidad; 
Con todo ello en mente crea este colorido lienzo que recoge todas las características del artista: simplificación, la geometría como módulo, la investigación del color, la composición caleidoscópica y sobre todo ese tema del «cuadro dentro del cuadro».  Se dice que en su mayor parte Klee pintó este «Castillo y sol» con la mano izquierda, pese a ser diestro. Por lo visto este experimento disparó su creatividad. Prueben ustedes un día esta técnica… No hay nada que perder…
«Castillo y Sol» es expresionismo, pero aquí se roza la abstracción, por muy figurativo que sea pintar un paisaje. Y además con colores muy, muy, muy cálidos. El sol parece quemar en ese lugar imaginario.
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Sus pinturas y acuarelas en los siguientes veinte años mostraron una maestría en delicadas armonías de color que parecían provenir de los sueños y que utilizaba para crear composiciones planas y carentes de profundidad, semiabstractas o incluso con efectos semejantes a mosaicos. Klee era un maestro bocetista, y muchas de sus obras son elaborados dibujos lineales con temáticas que crecen de la fantasía y la imaginería del sueño.
—Dar un paseo por una línea—, era la frase que usaba Klee para describir su estilo jeroglífico, basado en su pasión por la música y su interés por los sueños y el subconsciente. La obra de Klee es un paseo para la vista, un conjunto de líneas y colores que llevan al espectador más allá de su imaginación y de sus sueños. Klee era un impresionante artista que buscaba incesantemente la armonía entre el interior y el exterior; el reto era conocerse a sí mismo y mantener el equilibrio, expresar su interior por medio de su obra, finalidad que con el tiempo no sólo logró, sino que también perfeccionó.
 Resultat d'imatges de gato y pajaro klee
Gato y pájaro, 1928. (Klee retrata a su gato Fritzi.)

Con apenas unos trazos, Paul Klee pinta a un gato con un pájaro en la cabeza, ambos deliciosamente esquemáticos.

Por supuesto, el color es siempre una preocupación para el pintor, y aquí está muy estudiado, aunque parezca espontáneo. Gracias al cromatismo de colores pastel y suaves transiciones tonales, la obra adquiere una fuerza dinámica y vibrante, además de repartir colores a modo de sentidos (verde para la ojos, orejas y bigotes; rosa en nariz y la boca), a modo de sinestesia.

Como siempre, Klee juega de forma expresionista entre lo figurativo y lo abstracto y retrata a Fritzi, uno de los muchos felinos que campaban a sus anchas en el estudio del artista.




Después de 1935, afligido por una enfermedad progresiva de la piel y los músculos, Klee adoptó un estilo amplio y plano caracterizado por gruesas líneas como de crayón y grandes áreas de color dominantes. Su temática en este periodo fue crecientemente pesimista y obsesiva.
Murió en Muralto, Suiza, el 29 de junio de 1940. Su obra influenció a todos los posteriores surrealistas y artistas no objetivos del siglo XX, y fue una fuente primaria el embrionario movimiento expresionista abstracto. Su obra fue también evolutiva y muy experimental, como la de Kandinsky.


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