Juan Gris nació en la ciudad de Madrid en el año 1887 y desde muy pequeño ya demostró una gran habilidad y vocación por la pintura. El año 1906 fue clave en su vida y es que la muerte de su padre, el querer huir del servicio militar y el deseo de comenzar su carrera artística, lo hacen marcharse a París. Ese mismo año, conoce Picasso y lo conoce investigando en la creación de un nuevo estilo, el que posteriormente sería el cubismo. Picasso, fue digamos quién acabó metiendo a Juan Gris en el ambiente intelectual, artístico y de marchantes de obras de arte, entablando amistad con otros pintores como lo fueron George Braque o Fernand Léger.
Aunque los primeros años (1906 – 1911) de Juan Gris fueron relativamente inestables en el sentido artístico pues, para sobrevivir en un principio se tuvo que dedicar a la ilustración para diferentes revistas y periódicos, poco a poco, se fue introduciendo en el tema de la pintura aplicando esa nueva experiencia cubista en la que Picasso le adentró, de cómo representar objetos que desde un único plano fueron vistos diferentes puntos de vista. Y así, y de manera continua veremos cómo su obra evolucionará hacia esa primera fase cubista, el cubismo analítico, en cuya paleta cromática predominaban las tonalidades grisáceas y ocres.
El año 1912, en ese nuevo intento de dar un paso más allá dentro del cubismo, en una segunda fase, conocida como el cubismo sintético, será cuando Juan Gris se encuentre especialmente cómodo, gracias a la introducción de nuevas técnicas como el collage o el papier collé, es decir, recortes de cartón y papel, muchas veces de periódicos, que se pegan sobre el lienzo para combinarse con el pigmento. Esa fue su marca de identidad y su principal aportación al cubismo. El suyo fue un cubismo, por cierto, mucho más estilizado y suave que el de sus dos compañeros.
Con el tiempo se distanció de Picasso y se le acusó de no evolucionar demasiado en cuanto a su pintura. Continuó siendo fiel al cubismo, aunque dandole un poco más de color a la cosa.
Moriría de insuficiencia renal con 40 años en Francia, país que ya lo había adoptado como uno de sus artistas. En España apenas se reconoció su obra. Incluso hoy su producción tiene escasísima presencia en los museos públicos.
de las cuales acabo convirtiéndose en un gran experto. Ese mismo año fue importante porque fue cuando se dio a conocer en una exposición con algunas pinturas cubistas en el Salon des Indépendents de París y, de este entonces, siguió estudiando, evolucionando, innovando… dentro de esta segunda fase del cubismo sintético.
El reloj (1912).
El reloj es un óleo y collage sobre lienzo cuyas medidas son de 65 × 92 cm y actualmente forma parte de una colección privada. Es una pieza importante porque se trata de la primera obra en introducir motivos impresos, que son fragmentos de dos poemas de Apollinaire.
También vemos detalles realistas, no tan propios de esa descomposición cubista como son las borlas del cortinaje, la etiqueta de la botella de Jerez, así como los números del reloj, que es el que le da el nombre a dicha pintura.
Para finalizar, la introducción de nuevos colores que no son los grises y ocres, nos hacen ubicar esta obra, en ser de las primeras realizadas para esa segunda fase, en la que él es especialmente conocido, el cubismo sintético.
Juan Gris convierte una botella del popular licor espirituoso español Anís del mono en un cuadro cubista. Fue él junto a Picasso y Braque uno de los líderes del movimiento cubista que se estaba causando estragos en la percepción del arte tradicional. Es quizás por ello que aparecen en el cuadro tres ciudades ligadas a estos tres grandes artistas: Badalona (cerca de Barcelona), París y Madrid; y al lado una medalla con la palabra «premio»,aludiendo a los triunfos de los tres creadores del movimiento.
Gris se sirve de técnicas cubistas de división y reunificación de objetos y espacio, y como sus compañeros introduce objetos cotidianos como el omnipresente periódico (Le Journal) o la botella de anís. Anticipándose así al POP ART.
La ilustración y logotipo de Anís del mono fue creada por Ramón Casas en 1898 y sirvió a Juan Gris de inspiración para este cuadro. Desde entonces, dicha etiqueta, fue utilizada por numerosos artistas (seguramente muy aficionados al anís) como Picasso o Diego de Rivera.
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